Nominada a la vez a un Óscar y a un Razzie: así pierden unos premios su credibilidad

Nominada a la vez a un Óscar y a un Razzie: así pierden unos premios su credibilidad

Glenn Close volvió a perder su Oscar por octava vez en su carrera. No importa lo inusual que pueda parecer, pero después de más de cuatro décadas de realizar actuaciones memorables, todavía no tiene una estatua de oro para adornar las ventanas de su casa. Y para ser honesto, el nominado de este año fue el que tuvo menos probabilidades de obtenerlo.

Su película de Netflix, Hillbilly, A Country Elegy, estuvo entre las peores críticas de la temporada de premios y su candidatura sorprendió a más de uno. Tanto es así que la protagonista fue un abismo de disparates cuando fue nominada a los premios cinematográficos más prestigiosos como mejor actriz de reparto, y al mismo tiempo fue candidata en la misma categoría de razzije, premios que premian lo peor de los últimos. año cinematográfico.

La 93ª edición de los Oscar se llevará a cabo el domingo 25 de abril de 2021 en Union Station Los Ángeles y Dolby® Theatre en Hollywood & amp; Highland Center® en Hollywood y ubicaciones internacionales vía satélite. (ABC / AMPAS)

Glenn no consiguió ninguno, pero su candidatura en dos ocasiones, en la mejor y peor cinematografía para una misma interpretación, reveló el disparate que a veces forma parte de la diferencia de opiniones y criterios. Mientras que el Premio de la Academia a la Mejor Actriz de Reparto es elegido por miembros de la academia como votantes en su conjunto, los Golden Raspberries (más conocidos como anti-Oscar o razzies) son votados por miembros de una fundación cuya asociación está abierta y quien paga puede Los que votan no pueden estar afiliados a la industria cinematográfica ni tener criterios cinematográficos, críticos o vivenciales.

De cualquier manera, y si bien sus votantes no tienen el mismo peso artístico que los que integran la Academia, los Razzies han alcanzado suficiente importancia en los años cuarenta tras la primera comida como para ser noticia todos los años. Son los únicos premios que elogian lo peor de la industria y, si bien suelen recompensar las producciones que son realmente desastrosas, divertidas o que rozan la gracia, en ocasiones hay algún nominado que no tiene mucho sentido. Como el caso de Glenn Close.

Como decía al principio, es cierto que Hillbilly, una elegía country, no es la mejor película de su carrera. En cambio, estaría entre los últimos. Y es que este melodrama exagera tanto con sus intenciones que por mucho que ella y su compañera Amy Adams den en su totalidad, la historia no está del todo justificada en sus interpretaciones. Por tanto, entre todas las nominadas al Oscar a Mejor Actriz de Reparto, Glenn Close no era la favorita. Pero de ahí a ser nominado entre los peores en el último año queda un largo camino.

En el drama familiar, Netflix realiza otra de sus transformaciones físicas y se sumerge por completo en un personaje herido que lleva el peso de un pasado sufriente en sus gestos, mirada y cuerpo. Y para una actriz como Glenn Close, con una carrera tan impecable, la nominación de Razzie es casi un insulto, lo que significa una falta de juicio cinematográfico por parte de sus electores.

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Porque uno de los errores más comunes de Razzie es nominar actores solo porque la película es arruinada por los críticos cuando repetidamente el desempeño y la calidad del producto final no siempre van de la mano. United We Fall – Episodio 1.05 – Mi Marta favorita – Fotos promocionales + Comunicado de prensa.

Lo mismo le sucedió a Amy Irving cuando fue nominada por su trabajo The Jew, que fue compartido entre dos personas en la primera película de 1983 de Barbra Streisand Yentl para Oscar y Razzie. Así como a James Coco por su papel en la película Solo cuando me río (1981).

El caso de Glenn Close, sin embargo, demuestra el disparate de las nominaciones Razzie, premios que se han vuelto reconocibles con el tiempo, pero cuyos criterios de selección de votantes dejan mucho que desear.

De todos modos, a pesar de perder en los Oscar y porque los Razzies lo consideraban el peor año, Glenn Close se lo pasó genial en la ceremonia. A los 74 años era la reina del entretenimiento, sonreía todo el tiempo y hasta daba una lección de conocimientos musicales, venía justo durante la competencia que realizaban durante las fiestas, y se lanzaba al perreo como nada.

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